En la actualidad el Palacio del Marqués de San Nicolás es propiedad de la Comunidad Autónoma de La Rioja y tras una profunda restauración llevada a cabo por el Ministerio de Cultura que finalizó en 1996, comparte su espacio con el ayuntamiento de la villa y el Centro de Exposiciones.
Podemos considerar este edificio como uno de las construcciones civiles más interesantes de toda La Rioja.
En la actualidad el Palacio del Marqués de San Nicolás es propiedad de la Comunidad Autónoma de La Rioja y tras una profunda restauración llevada a cabo por el Ministerio de Cultura que finalizó en 1996, comparte su espacio con el ayuntamiento de la villa y el centro de exposiciones.
Podemos considerar este edificio como uno de las construcciones civiles más interesantes de toda La Rioja.
En la Plaza justo en esquina con la calle Bergareche se encuentra esta casona, considerada como la más antigua de La Rioja en obra civil. Casa muy bien conservada, organizada en dos plantas, la inferior de sillería y la superior de ladrillo, volada sobre vigas de madera con cabezas labradas y puntales de refuerzo, su fachada principal tiene ingreso de medio punto con escudete en la clave.
En la Plaza justo en esquina con la calle Bergareche se encuentra esta casona, considerada como la más antigua de La Rioja en obra civil. Casa muy bien conservada, organizada en dos plantas, la inferior de sillería y la superior de ladrillo, volada sobre vigas de madera con cabezas labradas y puntales de refuerzo, su fachada principal tiene ingreso de medio punto con escudete en la clave.
De las seis puertas originarias de La Villa sólo se conservan dos. Una es en la que nos encontramos, el acceso de la misma está en el SO puerta de la Media Luna o de la Concepción, dando salida de la calle del mismo nombre.
El acceso es un arco de medio punto rebajado, con imagen de la Inmaculada del siglo XVI en una hornacina al interior de la calle, siendo la Inmaculada la patrona de Briones.
Documentalmente se sabe que para el año 1236 ya estaba levantadas todas las murallas y puertas a la Villa, siendo muy probable su construcción hacia el 1076, tras la toma de La Rioja Por Alfonso VI de Castilla.
De las seis puertas originarias de La Villa sólo se conservan dos. Una es en la que nos encontramos, el acceso de la misma está en el SO puerta de la Media Luna o de la Concepción, dando salida de la calle del mismo nombre.
El acceso es un arco de medio punto rebajado, con imagen de la Inmaculada del siglo XVI en una hornacina al interior de la calle, siendo la Inmaculada la patrona de Briones.
Documentalmente se sabe que para el año 1236 ya estaba levantadas todas las murallas y puertas a la Villa, siendo muy probable su construcción hacia el 1076, tras la toma de La Rioja Por Alfonso VI de Castilla.
La segunda puerta que se conserva es la Puerta de La Villa, encontrándose en la desembocadura de la calle Mayor, presenta acceso por el exterior en arco apuntado, con vestíbulo cubierto por bóveda de cañón.
Sobre la portada nos encontramos el escudo de arma de Briones. Un poco más a la derecha y a la misma altura del escudo, podemos ver una especie de ventana cerrada, en ella se encontraba el escudo de la familia Girón, que durante tantos años fueron señores de la Villa.
La antigua fortaleza de Briones se sitúa en el ángulo N-W de la villa, cuya configuración urbana nació del propio carácter defensivo que a lo largo de la historia tuvo este privilegiado lugar, frontera entre Castilla y Navarra.
Sabemos que en 1240 el castillo de Briones y otros varios que tenía D. Diego López de Haro, fueron derribados por Fernando III. La concesión del Fuero a la villa por Alfonso X, en 1256 traería consigo una nueva repoblación del lugar. Probablemente existía con anterioridad; castillo, murallas y puertas de acceso a la villa, ya que en el año 1076 pasamos de ser territorio navarro a castellano, estableciéndose Briones como población fronteriza.
El recinto del castillo se completaba con el del casco urbano mediante murallas en las que se abrían 6 puertas. Se extiende de noreste a suroeste siguiendo un trazado trapezoidal alargado. Del recinto del castillo solo se conserva parte de la muralla exterior, de la que existe un lienzo, de 2 metros de grosor asentado sobre la roca y construido en mampostería con sillares de refuerzo. E el extremo suroeste se cerraba el recinto con la Torre de Homenaje, construida en sillería con tres plantas y coronada por una cornisa sobre canes de matacán, se derrumbó en 1940 aunque se conservan tres paños que fueron restaurados en 2005, en los que se pueden ver algunos vanos: en el lienzo este uno apuntado que cobija otro trilobulado, a la altura de la tercera planta; en el lienzo sur, otro vano, mas pequeño que el anterior, adintelado al exterior y de medio punto, mas amplio, al interior, y en el lienzo oeste, una aspillera, abocinada al interior.
La antigua fortaleza de Briones se sitúa en el ángulo N-W de la villa, cuya configuración urbana nació del propio carácter defensivo que a lo largo de la historia tuvo este privilegiado lugar, frontera entre Castilla y Navarra.
Sabemos que en 1240 el castillo de Briones y otros varios que tenía D. Diego López de Haro, fueron derribados por Fernando III. La concesión del Fuero a la villa por Alfonso X, en 1256 traería consigo una nueva repoblación del lugar. Probablemente existía con anterioridad; castillo, murallas y puertas de acceso a la villa, ya que en el año 1076 pasamos de ser territorio navarro a castellano, estableciéndose Briones como población fronteriza.
El recinto del castillo se completaba con el del casco urbano mediante murallas en las que se abrían 6 puertas. Se extiende de noreste a suroeste siguiendo un trazado trapezoidal alargado. Del recinto del castillo solo se conserva parte de la muralla exterior, de la que existe un lienzo, de 2 metros de grosor asentado sobre la roca y construido en mampostería con sillares de refuerzo. E el extremo suroeste se cerraba el recinto con la Torre de Homenaje, construida en sillería con tres plantas y coronada por una cornisa sobre canes de matacán, se derrumbó en 1940 aunque se conservan tres paños que fueron restaurados en 2005, en los que se pueden ver algunos vanos: en el lienzo este uno apuntado que cobija otro trilobulado, a la altura de la tercera planta; en el lienzo sur, otro vano, más pequeño que el anterior, adintelado al exterior y de medio punto, más amplio, al interior, y en el lienzo oeste, una aspillera, abocinada al interior.
Una prueba evidente del impacto que causo el palacete de Don Esteban Francia, la tenemos en esta bella casona de sillería, en la que se copia prácticamente al pie de la letra la disposición de su fachada principal, incluyendo el arco trilobulado de la puerta de acceso, si bien atemperando algunas soluciones decorativas como consecuencia de lo avanzado de la fecha, año 1774, según aclara una inscripción en la clave del balcón principal. Observen el perfecto estado de conservación del escudo de armas de los Gadea.
Una prueba evidente del impacto que causo el palacete de don Esteban Francia, la tenemos en esta bella casona de sillería, en la que se copia prácticamente al pie de la legra la disposición de su fachada principal, incluyendo el arco trilobulado de la puerta de acceso, si bien atemperando algunas soluciones decorativas como consecuencia de lo avanzado de la fecha, año 1774, según aclara una inscripción en la clave del balcón principal. Observen el perfecto estado de conservación del escudo de armas de los Gadea.
La torre es de estilo típico riojano, linda con la puerta principal y ocupa el lugar de otra anterior del siglo XVI. Fue concluida en 1760, tras cuatro años de realización por Martín de Beratua y Martín de Arbe. En ella destaca el espacio intermedio entre el fuste y el campanario para que cumpla funciones de conjugatorio, con el ventanal del lado Sur, abierto hacia la plaza.
La portada principal se abre sobre el cuarto tramo del lado de la Epístola y configura una de las obras más encantadoras del plateresco riojano. Está resuelta a la manera de retablo, con ingreso en arco de medio punto. En la iconografía abundan las influencias burgalesas derivadas del circulo de Juan de Vallejo, y que tienen por objeto enfatizar la figura simbólica de María, cuya titularidad ostentaba el templo.
La torre es de estilo típico riojano, linda con la puerta principal y ocupa el lugar de otra anterior del siglo XVI. Fue concluida en 1760, tras cuatro años de realización por Matín de Beratua y Martín de Arbe. En ella destaca el espacio intermedio entre el fuste y el campanario para que cumpla funciones de conjugatorio, con el ventanal del lado Sur, abierto hacia la plaza.
La portada principal se abre sobre el cuarto tramo del lado de la Epístola y configura una de las obras más encantadoras del plateresco riojano. Está resuelta a la manera de retablo, con ingreso en arco de medio punto. En la iconografía abundan las influencias burgalesas derivadas del circulo de Juan de Vallejo, y que tienen por objeto enfatizar la figura simbólica de María, cuya titularidad ostentaba el templo.